
¿Hay que cambiar el tejado? Señales de que tu cubierta ya no aguanta más
El tejado es, literalmente, el «techo» de tu casa. Parece obvio, pero a menudo nos olvidamos de que una cubierta en mal estado es la puerta de entrada para goteras, humedad, frío o calor extremos. Y, como suele pasar en las casas antiguas de zonas como Murcia o Alicante, muchos tejados llevan décadas sin un repaso.
No hace falta que llueva dentro para que el tejado esté fallando. A veces los síntomas son más sutiles; una habitación que siempre está helada en invierno, una humedad que vuelve aunque la pintes, o incluso tejas o partes de ellas que acaban en el suelo después de una racha de viento.
Si algo de esto te suena, sigue leyendo, porque puede que haya llegado el momento de actuar.
¿Por qué es tan importante revisar el tejado de una casa antigua?
Hay algunas señales universales para saber si el tejado de tu casa necesita atención:
1. Hay goteras cuando llueve
Empezamos por lo más evidente. Si en cuanto caen cuatro gotas empiezas a sacar los cubos, no hay duda, tu tejado tiene una filtración.
Las goteras no siempre aparecen justo bajo el agujero, a veces el agua se cuela por un punto, se desplaza por la pendiente y acaba saliendo por otro sitio. Por eso no basta con «parchear» el punto húmedo del techo, hay que investigar bien de dónde viene el problema.
En casas antiguas de Alicante, por ejemplo, tras un episodio de lluvia intensa como una DANA, es muy común que aparezcan filtraciones si la cubierta no está bien impermeabilizada, hay tejas desplazadas, ojito con las cumbreras !!.
De todas formas, no hace falta vivir tan in extremis y esperar a que el agua caiga dentro de casa para darle un cariño a la cubierta de nuestro hogar.
2. Hay tejas sueltas o desplazadas
¿Has notado que cada vez que hace viento, alguna teja termina en el jardín del vecino? Si empiezan a moverse o a caerse, es señal de que el tejado está perdiendo su función protectora. Además de ser un riesgo evidente, una teja mal colocada deja paso libre al agua, al frío… Y a los problemas.
También es síntoma de tejas desplazadas o partidas si cuando hace viento llegas a oír un pequeño silbido intermitente que no sabes muy bien si es producto de tu imaginación o que alguien te esta criticando.
Desde la calle o desde un patio puedes echar un vistazo y ver si hay zonas con huecos, tejas rotas o mal alineadas. Si no estás seguro, es mejor que consultes con un especialista.
3. Hay humedades persistentes en techos o paredes
Hay humedades que suben desde el suelo (por capilaridad) y otras que bajan desde el tejado. Las que aparecen en el techo o en las partes altas de las paredes suelen tener que ver con problemas en la cubierta.
En estas zonas, la impermeabilización juega un papel clave. Si el tejado ha perdido su lámina impermeable, o simplemente nunca la tuvo (algo muy habitual en cubiertas antiguas), el agua empieza a filtrarse poco a poco, dejando manchas oscuras, moho e incluso olores desagradables.
4. ¿Cuánto hace que no saneas las cumbreras o encuentros del tejado con las paredes del vecino?
Quizás ni te has parado a pensar que igual que se le cambia el aceite al coche cada 10.000 km o se le pasa la ITV una vez al año, al tejado de nuestra vivienda tenemos que hacerle algo similar.
Uno de los puntos más débiles de nuestra cubierta son las cumbreras y los encuentros con las paredes de los edificios de los vecinos. Estos encuentros suelen proteger los finales y principios de nuestro tejado, se identifican por tener piezas especiales que »cubren» estos encuentros, pues bien, esto hay que juntearlo cada 4 ó 5 años aunque aparentemente no tenga falta, toma ya!, si hay alguien que haga esto le hacemos una estatua en mi pueblo.
5. Sensación térmica extrema: hace mucho frío en invierno y demasiado calor en verano
Si tu casa es un horno en julio y una nevera en enero, probablemente el tejado no está aislando nada.
Un tejado sin aislamiento térmico deja escapar todo el calor en invierno y permite que pase en verano. Y por mucho que pongas la estufa o el aire acondicionado, la sensación térmica no mejora.
6. La estructura suena, se mueve o está visiblemente dañada
En casas antiguas, muchas cubiertas se construyeron con estructura de madera. Y aunque es un material precioso y muy resistente, con el tiempo puede verse afectado por la humedad, insectos o simplemente el paso de los años.
Si oyes crujidos extraños, ves alguna viga que parece torcida o notas que el techo está hundido en alguna zona, conviene hacer una revisión técnica lo antes posible.
Una estructura débil no solo es un problema térmico o estético, puede poner en riesgo la seguridad de la vivienda y sus habitantes.

¿Reparar o cambiar el tejado completo? Veamos qué opción te compensa
Cuando detectas un problema en el tejado, lo primero que te preguntas es si vale con reparar la parte dañada o tienes que cambiarlo todo. Y la respuesta, como tantas veces en arquitectura, es depende.
Depende del estado general de la cubierta, de cuántas zonas están afectadas y de si hay daños más allá de lo que se ve a simple vista. Le gusta mucho la madera a la carcoma.
¿Cuándo basta con una reparación puntual?
Si hablamos de un tejado relativamente reciente y el problema está muy localizado (una teja rota, una pequeña filtración, una grieta en la impermeabilización), lo más sensato puede ser hacer una intervención puntual.
Reemplazar tejas sueltas, revisar juntas o impermeabilizar puede solucionar el problema sin tener que levantar todo el tejado.
Ahora bien, una advertencia importante, a veces lo que parece pequeño es solo la punta del iceberg. En cubiertas viejas, lo habitual es que los daños estén más extendidos de lo que pensamos. Por eso, antes de decidir, hay que hacer una inspección técnica, revisar la estructura, los signos de xilófagos, comprobar el aislamiento y ver cómo está el conjunto.
¿Y cuándo conviene cambiar el tejado completo?
Si la cubierta tiene más de 30-40 años, nunca se ha rehabilitado y ya ha dado señales claras de deterioro (filtraciones recurrentes, paso de frío o calor al interior de la vivienda, tejas en mal estado…), lo más probable es que una reforma parcial sea pan para hoy y hambre para mañana.
En estos casos, cambiar el tejado completo te permite empezar de cero y hacerlo bien. ¿El resultado? Una buena estructura con aislamiento térmico y acústico, impermeabilizado correctamente y una cubierta bien acabada y ventilada.
Es una inversión, sí, pero también un alivio. Te olvidas de problemas durante muchos años y mejoras la eficiencia energética de la casa.

¿Es obligatorio pedir licencia para cambiar el tejado?
Sí, y esto es algo que mucha gente no sabe. Cambiar el tejado no es una obra menor, aunque desde fuera pueda parecer solo «quitar unas tejas y poner otras». En la mayoría de los casos se considera una obra mayor, sobre todo si se va a modificar la estructura, mejorar el aislamiento o cambiar el aspecto exterior de la cubierta.
Por eso, si vas a sustituirla entera o realizar una intervención importante, necesitarás una licencia de obra del ayuntamiento. Además, es necesario contar con un proyecto técnico firmado por un arquitecto .
En rehabilitaciones integrales (que es donde más sentido tiene renovar completamente la cubierta), gestionamos todos estos trámites por ti, para que no tengas que preocuparte de licencias, tasas ni papeleos.
¿Y si solo reparo una parte?
Si la actuación es muy puntual, como cambiar unas pocas tejas o arreglar una pequeña gotera, a veces basta con una comunicación previa de obra o incluso puede no hacer falta pedir permiso (aunque depende mucho del ayuntamiento). Lo recomendable es consultar antes con un técnico, para evitar sustos o multas por hacer obras sin licencia.
¿Cuánto cuesta cambiar el tejado de una casa antigua?
No hay una cifra mágica, porque cada tejado es un mundo, pero sí podemos contarte qué factores hacen que el presupuesto suba o baje.
Por ejemplo, no es lo mismo intervenir en un tejado de 40 m² en una casa entre medianeras que en uno de 200 m² en un chalet aislado. Tampoco cuesta igual si hay que cambiar solo las tejas o hay que levantar toda la estructura y rehacerla de cero. El paso hacia ella también importa, si la cubierta es de difícil acceso o hacen falta andamios, el coste sube.
Otro aspecto clave es el tipo de materiales usados. Hay cubiertas más tradicionales (teja cerámica) y otras más técnicas (paneles sándwich, placas metálicas, acabados verdes…), cada una con su propio rango de precio.
Y por supuesto, si decides mejorar el aislamiento térmico y la impermeabilización, la inversión será mayor… Pero también el confort y el ahorro a largo plazo.
Entonces… ¿por dónde empezar?
Si estás notando síntomas como goteras, humedad, frío extremo en invierno o calor sofocante en verano, es buen momento para revisar cómo está tu cubierta.
En Arquitecto.eco podemos ayudarte a valorar si tu tejado necesita una intervención parcial o completa. Hacemos una primera visita, revisamos el estado actual y te proponemos la mejor solución en base a tus necesidades, el tipo de casa y tu presupuesto.
A veces no hace falta cambiarlo entero, pero en otras, una rehabilitación integral es lo más sensato para ahorrar tiempo, dinero y problemas a medio plazo.